“¿Quién dijo que la ciencia no era divertida?” es la pregunta que se hicieron el martes los fundadores del Club de Amigos de la Ciencia para explicar las bases de esta asociación. Su presidente, Antonio Vela, quiso deshacerse de los tabúes que planean sobre la materia: “No queremos que el club se reduzca a personas especializadas”, y añadió que el único requisito para formar parte de él es el “interés por el mundo que nos rodea”.

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